Vomitando algún demonio


Las redes sociales, como cualquier otro artificio creado por el humano, puede ser usado de múltiples formas y es así como con algunas escasas excepciones, los servicios que ahora pululan en internet actúan en este momento. Es raro encontrar que los usuarios de los portales populares hagan uso de ellos en la forma y con el propósito con el cual éstos fueron diseñados. La primera analogía que me viene a la cabeza es el poner a las redes sociales como si fueran un cuaderno en el cual uno debía dibujar o escribir, pero los ilustres y rara vez culturizados usuarios lo usan para patinar o para hacerle señales a un ovni desde el fondo de una caverna obscura.

"Veo gente estúpida... están por todos lados,
andan caminando por ahí como todos los demás...
ellos mismos no saben que son idiotas."
La pregunta que está de moda ahora es "¿Las redes sociales son diversión o peligro?" y de entrada, creo que la pregunta en si es producto de una óptica reducida, que a fin de contestarla para no evadir el planteamiento y satisfacer a aquellos que la consideran válida, mi respuesta simple es: Ni diversión ni peligro.

El propósito con el cual toda red social fue diseñada e implementada fue el de facilitar la comunicación a distintos niveles, mientras los creadores generan alguna ganancia. Si, seguramente muchas de las ideas que vemos funcionando a nivel masivo han tenido el noble origen del simple y puro deseo de mejorar la comunicación y acercar a la gente querida, descubrir nuevas personas en distantes lugares, lograr nutrir y engrandecer el conocimiento humano a través del enriquecimiento y aceleración virtuosa del intercambio de información, pero... ¿Realmente es esto lo que sucede en el 100% del uso de la gran red?

No. Basta analizar un grupo de 100 publicaciones al azar en cualquier portal, aún aquellos que se auto-proclaman elitistas. De nuevo, es el usuario (o la rigidez de los administradores del servicio en cuestión) la que determina la calidad del contenido.

Pero este no es un padecimiento nuevo; la raza humana lleva ya varios siglos padeciendo y retroalimentando su propia idiotez y si no el 100% de nosotros, al menos un 95%, pues -optimista mi postura- es el 5% restante el que ha creado obras majestuosas de arte, desarrollado técnicas de fabricación, analizado el cosmos, especulado y descubierto cada uno de los "milagros" del tan estrafalario avance o retroceso cultural y tecnológico que vivimos en nuestro presente.


Es entonces que tengo que bajar la cabeza y cesar mis constantes intentos por educar a todo aquel usuario que, sin que yo pueda hacer nada al respecto, seguirá usando el "feis", twitter, blogs, foros y demás tipos de comunicación escrita vía internet para mostrar cuán corta es su cultura, sentido común, consciencia global, nobleza y calidad personal. No más, o al menos, no de esta manera y al menos durante el tiempo que tardo en recuperar mi energía o al idiota testarudo en mi, aquel que aún tiene certeza de que en cada ser humano existe algo brillante y puro que desea mejorar cada día.

En resumen y para reformular la pregunta inicial "¿Las redes sociales son diversión o peligro?" y contestarla:

El peligro es la estupidez, la ignorancia, la falta de interés por todo aquello que es esencial e inherente a la coexistencia armónica y rica en este planeta. Es peligroso y seguramente letal la falta de respeto al prójimo, al planeta y a uno mismo, siendo -por extensión- peligroso el mal uso de las redes sociales y cualquier otro artilugio, incluído el propio cuerpo. Somos lo que hacemos, y si lo que hacemos es entregarnos a la ignorancia y decidir no pensar por cuenta propia, entonces nosotros somos peligrosos para nosotros mismos y los demás.

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