El planeta, el humano, los monstruos.

Imagínate que eres un planeta.

Si, con esa frase, ya puedes comenzar a darte cuenta de la problemática actual y de la extensa lista de posibilidades, o al menos, tengo la expectativa de que tengas esa capacidad.

Esta entrada en mi blog está inspirada por un tuit de Gin‏ @Demeter_Erinia que, en respuesta al asunto de la construcción del segundo aeropuerto para la Ciudad De México que en este momento es tema de moda (ver aquí), dice:

"Sí, se necesita un aeropuerto... pero no sé, se me ocurre que agua y aire limpio son más necesarios, no sé, digo..."



Entonces, ¿Ya lograste imaginarte a ti mismo como un planeta? En caso de que no puedas, te ayudare con algunas analogías para que sientas -más o menos- cómo es ser un planeta.

Imagínate que estás sentad@ en un sillón individual muy cómodo. Ahora transpórtate en ese sillón a un cuarto enorme, absolutamente obscuro. no oyes ni ves nada. Momentos después, allá lejos, aparece el sol, la luna y poco a poco, todos los cuerpos celestes que conocemos, te rodean. Sigues estando en esa gran habitación, pero al mismo tiempo, te sientes rodeado por el cosmos.

Ahora es cuando los hechos comienzan a tener importancia.

Sabes que eres un planeta. Sabes que tienes un campo magnético. Sabes que en ti hay complejos mecanismos que te hacen estar consciente de tu existencia, aunque no los comprendas. La vida florece en tu piel, alrededor de ti y debajo de la superficie. Aunque no sepas por qué pasa todo lo que percibes, a medida de que pasa el tiempo, te das cuenta que toda la vida que está manifestándose en ti, está presa en la comodidad de tus entrañas, pues tu hermano más cercano está fuera del alcance de todas esas células que merodean en ti.

Súbitamente y después de mucho tiempo de haberte poblado de toda esa vida, uno de los seres que viste nacer comienzan a modificar el balance que ha existido por milenios. Parece que tus intentos por hablarle a esos animalitos no tienen éxito; cuando comenzaste a estornudar por la basura que generaron, no pararon. Cuando te comenzó a dar fiebre porque ellos alteraron la atmósfera, tampoco dejaron de hacer lo que lo causó. Comenzaste a sudar, dándote cuenta que un cambio en tu piel es inminente.

Es aquí donde tu, lector, tendrías que hacerte esta pregunta: ¿En que te quieres convertir...que quieres ser de ahora en adelante? Eres un planeta que está a punto de convertirse en un monstruo que acabará con muchas de las formas de vida que viven en ti, en un intento por restaurar el balance. Total, ya vendrán otras formas de vida, dentro de algunos millones de años más... quizá los siguientes inquilinos sepan comportarse mejor y no te causen salpullido.

...ahora, trata de imaginarte que eres la raza humana. Si, tu ERES la raza humana completa y puedes decidir cómo comportarte a nivel global. ¿Quieres transformar tu casa en un lugar inhabitable?

Podría seguir... pero prefiero leer tu comentario.

Sé que no estoy sólo.

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